Que Julio II necesitase unos guardaespaldas no era de extrañar, se decía de él o él a si mismo se decía, (a ver quien lo aclara ahora) que había nacido para la conquista y la dominación, ávido de grandeza, gloria e inmortalidad, ahí es nada. Lo que si está más que contrastado era el genio que gastaba nuestro Papa, Miguel Ángel lo padeció en sus propios huesos a causa de la Capilla Sixtina y por el mausoleo que debería haber acabado y nunca terminó. Genio y altas aspiraciones es un cóctel que no te lo puedes beber sólo y menos sin protección personal
Que estos guardaespaldas iniciales fuesen de los cantones suizos no era de extrañar. Se les consideraban magníficos guerreros. En el siglo XVI no era extraño ver mercenarios Helvéticos en cualquier ejército y en cualquier refriega. Como diría mi abuela, “a la fuerza ahorcan”, esta zona de los Alpes estaba superpoblada y con una gran pobreza, con lo que pocas alternativas les quedaban que guerrear.
Ese ejército de mercenarios del siglo XVI no tiene nada que ver al cuerpo militar actual. Ahora los que conforman este ejercito son militares profundamente católicos de entre diecinueve y treinta años, de mínimo uno setenta y cuatro de estatura, no estar casado, ser de nacionalidad suiza, disponer de formación militar y poseer el título de enseñanza secundaria o titulo profesional. Ah y se me olvidaba, no tener sentido del ridículo. Esto es fundamental para poder pasearte delante de la gente con el uniforme tan discretito que lucen. Uno se lo atribuyen a Miguel Ángel, tendría sentido sólo para vengarse de Julio II, pero no, el traje es la prolongación de la forma de vestir de la época con la particularidad de que el propio Papa Julio II le introdujo los colores amarillo y azul, representativos de su familia (Della Rovere) y el Papa León X el color rojo de la suya (los Medici).
Estos colores también los lucen en el estandarte que los identifica. Junto con los escudos del papa del momento, en el cuadro superior y abajo el siempre fijo del papa fundador Julio II, en el centro de la cruz blanca colocan el escudo del comandante que dirige a las tropas.
Sed Felices
Para saber más
Novela histórica que nos acerca a la época
Para lucir en la pared
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Casco
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